lunes, 22 de diciembre de 2008

LAZOS CONYUGALES (Married and in love) 1940






Una sorpresa esta peliculita americana de comienzos de la década de los cuarenta. Nunca había oído hablar de ella y la he disfrutado con gusto.

Es una modesta producción de la RKO, de sesenta minutos de duración. La trama se desenvuelve en unos pocos escenarios y todo esta sostenido por un estupendo cuarteto de actores no muy conocidos en la actualidad. Está dirigida por John Farrow que se muestra aquí como un competente realizador sin ningún interés en destacar como tal. Rodada en amplios planos tanto de espacio como de tiempo, se deja a los actores que ocupen el protagonismo total de la historia.

Como reza el título original asistimos a una historia de amor y matrimonios. El comienzo es simplemente magnífico. Un hombre, Leslie Hates interpretado por Alan Marshal se encuentra frente al escaparate de una librería, está observando la reacción de la gente, ya que el libro que se promociona en el escaparate lo ha escrito él, tiene en sus manos una bolsa de cacahuetes y continua su paseo. Una mujer, Doris Wilding interpretada por Helen Vinson, lo ha visto y decide seguirlo, no sin antes decirle a su chofer que va a continuar andando. De esta manera tan precisa ya conocemos que el es el autor de un libro y que ella es una mujer de alta posición. Él llega a un parque y se sienta en un banco, la mujer se detiene delante de él. Se conocen, en un principio parecen antiguos amigos, la conversación a medida que avanza delata que hubo algo más entre ellos. En esta larga secuencia debo resaltar que los diálogos son magníficos y que la naturalidad de los interpretes (Alan Marshall y Helen Vinson) es extraordinaria. Lo interesante de la escena es que al espectador se le ofrece un cuadro nostálgico y romántico de viejos amores no extinguidos, entre los dos personajes parece desprenderse de sus frases una complicidad de gran intensidad que se ve abruptamente interrumpida por la esposa del escritor con la que este había quedado en el parque. Todos son muy educados y los dos viejos amigos se comportan de manera más fría delante de Helen, la esposa, interpretada por Barbara Read. Más tarde nos enteraremos de que ambos fueron amantes durante la universidad y que pospusieron su relación a un viaje de un año que el futuro escritor quería realizar por europa. El viaje se extendió a dos años y cuando volvió se encontró que Doris se había cansado de esperar y se había prometido a otro hombre. El se lo tomó a mal, conoció a una buena mujer , Helen, Doris volvió a aparecer con la intención de fugarse con Leslie y este finalmente se quedo con Helen. Pasados los años y tras el encuentro en el parque, Doris invita a la pareja a cenar en su casa. El marido de Doris sabe que esta sigue enamorada de Leslie. La trama explora ante todo el dubitativo corazón de Leslie que se ve en la encrucijada de dejarse llevar por su pasión hacia Doris (una mujer culta, inteligente, sofisticada y acaudalada) o por la lealtad y en definitiva amor verdadero hacia su esposa, que es sin duda una muy buena persona y que además esta loca de amor por Leslie.

Los personajes son cuidadosamente presentados y sus intervenciones muy acertadamente distribuidas. Digámoslo así, todos ellos tienen algún "solo", su momento de gloria en el filme que los hace avanzar enormemente para no convertirse en meros comparsas de lo que en principio parece ser la trama principal (el amor entre Leslie y Doris). El marido de Doris cuando los descubre a los dos en la casa secreta donde ella va a escribir, saca unas conclusiones lógicas, aunque equivocadas, ya que Leslie ha ido con la firme idea de que este amor ya está acabado. Pero el discurso de Patrick Knowles es magnífico y su presencia cobra gran fuerza ya que está decidido a contárselo a la esposa del escritor. Esta también cobra gran importancia en el tramo final, en una secuencia en la que ya todos los personajes juntos, con las cartas boca arriba se sienten tristes y desdichados por lo acontecido, Helen con un gran esfuerzo reconduce la situación tratando de unir y fortificar los lazos entre las dos parejas en vez de destruir y separar.

Los actores están magníficos y la realización de Farrow está al servicio del guión, no pemitiéndose ningún alarde visual. La corrección y la elegancia narrativa se dan la mano. Sencillamente, en 60 minutos no se puede contar más y mejor.

Como curiosidad, John Farrow estuvo casado con Maureen O´Sullivan y Mia Farrow es su hija.

1 comentario:

Zinquirilla dijo...

Hola, ¿recuerdas lo que dice Doris, la historia que cuenta sobre la flor y el árbol? gracias y un saludo.